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jueves, 6 de agosto de 2009

RECOMENDACIONES PARA LOS SERVICIOS DE ANESTESIA PEDIÁTRICA

RECOMENDACIONES PARA LOS SERVICIOS DE ANESTESIA PEDIÁTRICA

Publicada por Edarvir

Sedar

1. Introducción

El cuidado perioperatorio de los niños exige de estructuras específicas y representa un desafío para los anestesiólogos. El resultado de la cirugía y de la anestesia en niños está estrechamente relacionado con la experiencia del equipo clínico implicado y, hoy por hoy, se reconoce que los cirujanos y anestesiólogos no deben emprender de manera “ocasional” la práctica clínica pediátrica (1). Además, se ha demostrado que unos equipos quirúrgicos y anestesiológicos experimentados disminuyen considerablemente la morbi-mortalidad en los niños más pequeños. Actualmente, existen pautas bien definidas por Sociedades Científicas de países como Reino Unido (2), Francia, Suiza, Alemania, Países Bajos (3) y por la Federation of European Associations of Paediatric Anaesthesiologists (FEAPA)(4), aunque no se han definido los estándares unificados para la Comunidad Europea en su conjunto. Con este documento la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR) propone iniciar unas recomendaciones, en consonancia con las propuestas por la FEAPA, que sean aplicables en todas las Comunidades Autónomas, definiendo los estándares deseables para los servicios de Anestesia Pediátrica de España.

2. Los recursos de los servicios asistenciales

2.1. La anestesia de pacientes pediátricos requiere de personal médico y de enfermería con el adecuado entrenamiento y habilidad, dotados de los adecuados medios para el desempeño de su labor. La anestesia pediátrica, por tanto, no debe llevarse a cabo en los lugares donde no se hallen disponibles.

2.2. En algunos centros hospitalarios puede ser difícil lograr un entorno adecuado al paciente pediátrico. No obstante, los niños, sobre todo los más pequeños, no deben ser puestos en contacto directo con pacientes adultos ni en las plantas de hospitalización ni en unidades de cirugía de día.

2.3. Deberían estar disponibles Servicios de Cuidados Intensivos Neonatales o Pediátricos y/o Servicios de Reanimación Postoperatoria Pediátrica que procuren los cuidados proporcionados al tipo de cirugía programada.

2.4. Deberían estar disponibles los adecuados recursos materiales y humanos necesarios para el Tratamiento de Dolor Agudo en niños de cualquier peso y edad.

2.5. La información y el consentimiento de los padres, responsables legales y/o del propio paciente, deberá realizarse de acuerdo a la Ley de Autonomía del Paciente (41/2002) reguladora del derecho a la información y consentimiento de los menores en el ámbito de la salud.

2.6. Deberán hallarse preparados los equipos de anestesia y los materiales desechables apropiados a la edad de los pacientes para la realización de anestesias generales o regionales. Deberían hallarse igualmente disponibles en las salas de quirófano y recuperación, los sistemas de monitorización y los dispositivos para mantener o promover la normotermia de los pacientes. Los respiradores mecánicos deberán ser capaces de facilitar la ventilación pulmonar mecánica de forma y modo adecuado a la edad y peso de los pacientes.

2.7. En los hospitales no especializados es deseable el disponer de una “consola móvil de anestesia” que contenga los equipos adecuados a cada edad, con los fármacos (inclusive los requeridos para la reanimación cardiorrespiratoria) y los dispositivos pediátricos proporcionados a la patología pediátrica atendida en dichos centros. Estas consolas pueden ser especialmente importantes en hospitales generales, donde los niños son sometidos a las operaciones dentro de las mismas áreas quirúrgicas que las empleadas para los adultos.

3. La formación

3.1. Los niños que deban ser sometidos a un procedimiento anestésico, cualquiera que sea su edad, deberán ser anestesiados por anestesiólogos que hayan recibido la formación adecuada en anestesia-reanimación pediátrica. Cualquier anestesiólogo que atienda a un paciente pediátrico debería trabajar dentro de los límites de su competencia profesional.

3.2. Los residentes de anestesia deberán ser supervisados adecuadamente al anestesiar niños. La formación y supervisión recomendadas en anestesia pediátrica se detallarán en otro documento de la SEDAR “Pautas para la Formación en Anestesia Pediátrica” y que debe considerarse en conjunto con este documento.

3.3. Cualquier anestesiólogo debería participar en Programas de Formación Médica Continuada para mantener las habilidades aprendidas durante su etapa de formación inicial en Anestesia Pediátrica.

3.4. Todos los centros deberían disponer de un sistema y organización que permita realizar controles frecuentes de calidad de la Anestesia Pediátrica.

4. La organización en Hospitales No Especializados

4.1. Uno de los asuntos que más se han discutido en muchos países europeos es el nivel quirúrgico y el sistema para asegurar un servicio anestésico pediátrico adecuado y seguro en los hospitales no especializados (5, 6, 8, 9).

4.2. El grupo de edad que comprende neonatos y niños por debajo de 3 años de edad, están en el riesgo más elevado de experimentar complicaciones anestésicas (6, 9). En este grupo de edad no hay “anestesia menor” porque aun en procedimientos secundarios, el tratamiento de estos pacientes puede ser difícil si el personal no está adecuadamente familiarizado. Por lo tanto, los recién nacidos y prematuros (hasta 50 semanas de edad postconcepcional), los lactantes y la mayor parte de los niños más pequeños (hasta 3 años) deben ser referidos a centros especializados. La decisión de trasladar a estos pacientes a un centro especializado se debe basar en el número de procedimientos realizados por año en este grupo de edad en el hospital local y en la experiencia de todos los especialistas implicados en su cuidado.

4.3. Los niños con patología asociada grave o infrecuente deberán trasladarse a un centro especializado.

4.4. Deberá estar previamente definida la organización para el transporte de casos urgentes (8).

4.5. En los centros no especializados debería designarse a un especialista concreto que asuma la responsabilidad de la organización del cuidado de los pacientes pediátricos, de la asistencia y de la formación de los otros miembros del departamento. El especialista responsable no deberá asumir exclusivamente toda la labor asistencial anestesiológica en pacientes pediátricos, pero si al menos supervisarla rutinariamente. Dichos especialistas deben actualizar sus conocimientos y sus habilidades en anestesia-reanimación pediátricas (obtenidas durante su periodo de formación) mediante estancias periódicas en otros centros pediátricos.

5. Conclusión

La SEDAR defiende firmemente la opinión de que estas recomendaciones son razonables y accesibles a la vez, y que deben ser el estándar para los cuidados anestésicos pediátricos en todas las Comunidades Autónomas Españolas.

Referencias

  1. Campling E A, Devlin H B, LUnn J N. The Report of the Nacional Confidencial Enquiry into Perioperative Deaths 1989. London. Disc to Print Ltd, 1990.
  2. Report of a Working Group. Guidance on the provision of paediatric anaesthetic services. The Royal College Anaesthetists 2001; Bulletin 8: 355-359.
  3. Recommendations for paediatric anaesthesia services: Ecoffey JC, France, Gerber A, Switzerland, Holzki J, Germany, Tuner NM, the Netherlands, Rawicz M, Poland, personal commmunications.
  4. Recommendations for paediatric anaesthesia services in europe. Federation of European Associations of Paediatric Anaesthesia. http: //free.med.pl/feapa/feapa%20recommendations.pdf
  5. Rollin AM. Paediatric anaesthesia – who should do it? The view from de district general hospital. Anaesthesia 1997; 52: 515-516.
  6. MCNicol R. Paediatric anaesthesia – who should do it? The view of the specialist hospital. Anaesthesia 1997; 52: 413-516.
  7. Hatch D, Rollin AM. Quality in peaediatric anaesthesia. Curr Anaesth Crit Care 2000; 11: 239-244.
  8. Hatch D. Quality in paediatric anaesthesia. European Society of Anaesthesiologists 10th Annual Meeting, Nice 2002, Refresher Course Book: 55-59.
  9. Atwell JD, lSpargo Pm. The provision of safe surgery for children. Archives of Disease in Childhood 1992; 67: 345-349.

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