¿Qué es la anestesia?
No existen dudas: someterse a una cirugía puede ser estresante. Si tienes programada una cirugía, es posible que tengas preguntas o inquietudes acerca de la anestesia. La idea de estar inconsciente o temporalmente con pérdida de la sensibilidad puede resultar categóricamente desconcertante.
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Básicamente, la anestesia es el uso de medicamentos para evitar la sensación de dolor u otra sensación durante una cirugía u otros procedimientos que podrían ser dolorosos (como los puntos de sutura o la extracción de verrugas). Los diferentes tipos de anestesia, ya sea que se administren como inyección o mediante la inhalación de gases o vapores, afectan el sistema nervioso en varias formas al bloquear los impulsos nerviosos y, por lo tanto, el dolor.
En los hospitales y centros quirúrgicos de hoy, profesionales muy capacitados usan una amplia variedad de medicamentos modernos y seguros, y tecnología de monitoreo sumamente calificada. Un anestesiólogo es un médico que se especializa en dar y controlar los anestésicos (medicamentos que anestesian un área del cuerpo o te ayudan a dormirte y permanecer dormido).
Además de administrar medicamentos para la anestesia antes de la cirugía, el anestesiólogo:
supervisará las principales funciones corporales (como la respiración, la frecuencia y el ritmo cardíacos la temperatura corporal, la presión arterial y los niveles de oxígeno en la sangre) durante la cirugía
tratará cualquier problema que pueda surgir durante la cirugía
controlará cualquier dolor que puedas tener después de la cirugía
te mantendrá lo más cómodo posible antes, durante y después de la cirugía
Un enfermero capacitado especialmente o un médico residente, que trabaja con el anestesiólogo y el cirujano, pueden ayudar a administrarte la anestesia (aunque el anestesiólogo será el que controle la anestesia y tome las decisiones más importantes relacionadas con la anestesia durante la operación).
¿Cuáles son los tipos de anestesia?
La anestesia se divide en tres categorías principales: general, regional y local; todas se pueden administrar mediante varios métodos y diferentes medicamentos que afectan el sistema nervioso de alguna manera. La Sociedad Americana de Anestesia (American Society of Anesthesiologists, ASA) compara el sistema nervioso con el sistema telefónico de una oficina, con el cerebro como el conmutador, los nervios como los cables y las partes del cuerpo que sienten dolor como los teléfonos.
Anestesia general.
El objetivo es dejar a la persona completamente inconsciente (o "dormida") y mantenerla en este estado durante la cirugía, sin sensaciones, sentimientos de dolor, conciencia, movimiento o memoria de la cirugía. La anestesia general se puede administrar a través de una vía intravenosa (que requiere la inserción de una aguja en una vena, generalmente en el brazo) o mediante la inhalación de gases o vapores.
Anestesia regional.
El medicamento anestésico se inyecta cerca de un grupo de nervios, y anestesia una extensa área del cuerpo (como desde la cintura hacia abajo). Una persona que recibe anestesia regional, en general, se encuentra dormida antes de que se realice el procedimiento. Sin embargo, los niños mayores o aquellos que se encontrarían en un riesgo no aceptable si se durmiesen, pueden estar despiertos o sedados durante el procedimiento. Por ejemplo, si una persona tiene sobrepeso, es posible que le resulte difícil al anestesiólogo palpar los huesos que lo guían a la ubicación correcta de la aguja. Para evitar daños a los nervios, una opción más segura sería recibir comentarios de la persona despierta. Este tipo de anestesia incluye epidurales, bloqueos caudales (que son similares a los epidurales, pero se colocan en el coxis) y bloqueos espinales (que anestesian aún más la parte inferior del cuerpo).
Anestesia local.
Un medicamento anestésico local anestesia sólo una pequeña parte del cuerpo (por ejemplo, una mano o un área de la piel). Según el tamaño del área, la anestesia local se puede administrar como inyección, aerosol o pomada. Con la anestesia local, la persona puede estar despierta o sedada. La anestesia local dura un período breve y, a menudo, se usa para cirugías menores y procedimientos en pacientes externos (pacientes que vienen a someterse a una operación y se pueden ir a sus hogares el mismo día). Probablemente, este es el tipo de anestesia que se usará en una clínica o en el consultorio de un médico (como el dentista o el dermatólogo).
El tipo y la cantidad de anestesia se adaptarán específicamente a tus necesidades y dependerá de varios factores, incluidos tu edad, tu peso, el tipo y el área de la cirugía, cualquier alergia que puedas tener y tu cuadro clínico al momento de la cirugía.
¿Cuáles son los efectos secundarios comunes?
Cuando te despiertes de la cirugía, muy probablemente te sentirás desorientado, grogui y un poco confundido. Algunos otros efectos secundarios comunes, que deben desaparecer bastante rápido, son:
náuseas o vómitos, que se pueden aliviar generalmente con un medicamento para las náuseas
escalofríos temblores dolor de garganta (si se usó un tubo para administrar la anestesia o para asistir la respiración)
¿Cuáles son los riesgos?
Hoy en día, la anestesia es muy segura. En muy pocos casos, la anestesia puede causar complicaciones (como ritmos cardíacos extraños, problemas respiratorios, reacciones alérgicas a los medicamentos e incluso la muerte). Sin embargo, las complicaciones raras generalmente involucran a pacientes con otros problemas médicos. Los riesgos dependen del tipo de procedimiento, el estado del paciente y el tipo de anestesia usado. Asegúrate de hablar con tu médico, cirujano o anestesiólogo sobre las inquietudes que tengas.
La mayoría de las complicaciones, en general, se pueden prevenir simplemente al proporcionarle al anestesiólogo, antes de la cirugía, información completa sobre:
tu salud actual o pasada (incluidas enfermedades o afecciones como resfriados recientes o actuales, u otros problemas como ronquidos o depresión)
cualquier medicamento (con receta o de venta libre), suplemento o remedio a base de hierbas que tomes
cualquier alergia (especialmente a alimentos, medicamentos o al látex) que puedas tener
si fumas, bebes alcohol o tomas cualquier droga recreativa
cualquier reacción previa que tú o algún miembro de tu familia haya tenido a la anestesia
Para garantizar tu seguridad durante la cirugía, es extremadamente importante responder todas las preguntas del anestesiólogo de la forma más sincera y minuciosa posible. Lo que puede parecer inofensivo podría interactuar con la anestesia o afectarla, e incidir en la forma en la que reacciones a ella.
También es importante que sigas las recomendaciones del médico sobre qué no hacer antes de la cirugía. Probablemente no podrás comer ni beber (generalmente nada después de la medianoche el día anterior) y es posible que debas interrumpir la administración de suplementos a base de hierbas durante un período determinado antes de la cirugía.