Pedro Guerra, el técnico de cooperación de UNICEF, este acto rutinario reduciría a la el 1,5 millón de muertes que se producen cada año por diarrea en el mundo.
Lavarse las manos reduciría a la mitad el 1,5 millón de muertes que se producen cada año por diarrea en el mundo, según afirmó el técnico de cooperación de UNICEF, Pedro Guerra, en el acto de apertura de la III Semana Cultural 2008 llamada "Agua y vida: una responsabilidad compartida", en la que también estuvo presente la responsable de Educación de Madrid y zona centro de Intermón Oxfam, María Jesús del Olmo.
En este sentido, apuntó que más de 1.000 millones de personas beben de fuentes de agua no aptas para el consumo, lo que provoca que los menores de 5 años padezcan entre 4 y 5 diarreas al año. Así, los niños faltan a menudo al colegio o en ocasiones acuden enfermos por lo que se limita en gran medida su capacidad de aprendizaje.
El colectivo más perjudicado en este problema del agua es, según Guerra, las mujeres, y especialmente las niñas. De hecho, son ellas las que deben ir a los pozos a buscar el agua en los países en vías de desarrollo, invirtiendo una media de tres horas al día y exponiéndose a ser agredidas sexualmente o atacadas por animales.
En este sentido, el experto propuso que se aúne el desarrollo de infraestructuras que se adapten al medio en el que van a ser instaladas, ya que el 40% de la población mundial carece de instalaciones domésticas de saneamiento y 425 millones de niños viven sin apenas agua, con una importante labor de educación, empezando por los niños, para que sean estos los que conciencien después a sus familias.
Además, señaló la importancia de que las niñas acudan al colegio como medio para integrarlas en la sociedad y puedan decidir en sus familias sobre aspectos básicos como la educación de sus hijos, especialmente de las mujeres. Una de las propuestas de la ONG para conseguirlo es la construcción de servicios sanitarios higiénicos así como pozos en las escuelas para que las pequeñas acudan a los centros escolares.
María Jesús del Olmo coincidió en destacar la importancia de la educación, no sólo en los países en vías de desarrollo, sino en la sociedad desarrollada para que la población sea consciente de que "este nivel de vida no es lo normal para la mitad de la humanidad". De este modo, abogó por la concienciación del alumnado para que se sensibilicen sobre este y otros problemas y "no pierdan de vista que hay muchos derechos a los que la mayoría del mundo no pueden acceder".
Intermón Oxfam creó hace años el programa "Conectando mundos", dirigido a niños de entre 6 y 17 años de todo el mundo para que los menores reflexionen sobre un problema de carácter mundial y ofrezcan soluciones. El pasado año se abordó el tema del agua y este el del cambio climático.
Los grupos, con participantes de distintos países, analizan en el colegio este asunto a través de Internet, y finalmente por consenso redactan una serie de conclusiones y propuestas que se comprometen a cumplir. También piden su compromiso a diversos organismos internacionales para que atajen el problema tratado.