Hasta no hace mucho tiempo estábamos en la creencia que tras la administración de los fármacos, las variables que verdaderamente tenían importancia eran las dosis del fármaco y la concentración en la sangre, a pesar que muchas veces la respuesta clínica no era la esperada. Hoy sabemos que lo que tiene importancia es la relación que existe entre la dosis administrada y la concentración en el sitio efecto. En definitiva, la relación entre los procesos farmacocinéticas y farmacodinámicos FC/FD.
En este sentido, la colaboración entre investigadores básicos y clínicos ha dado lugar a diferentes modelos FC/FD, que mediante desarrollos matemáticos y valorando la respuesta (aspecto fundamental) , permiten realizar simulaciones que extrapolan a la clínica diferentes regímenes de administración para obtener una respuesta más acorde con las necesidades de los pacientes.
En el diseño de los diferentes modelos para cada fármaco influye evidentemente la propia concepción de la persona que los desarrolla y los diferentes parámetros y variables que se introducen en los mismos.
En este excelente artículo de revisión se hace un repaso de las diferentes covariables que deben introducirse en los modelos, llamando la atención sobre un aspecto que cada vez tiene mayor importancia en la clínica: “medicina individualizada”, lo cual no cabe duda que en nuestra especialidad tiene un gran interés. Cuantos mayores son los datos que podemos introducir en el sistema informatizado de administración de los fármacos, más nos aproximaremos a cada paciente. Por ejemplo, no tiene tanta importancia el peso (que además puede conducir a errores) como el índice de masa corporal cuya fórmula incorpora una covariable que hasta no hace mucho tiempo no se consideraba relevante, como es la altura. Igualmente la introducción de parámetros que indiquen la fisiología de determinados órganos pueden dar lugar a una “pauta de dosificación” más ajustada a ese paciente determinado. No es lo mismo un insuficiente renal o hepática
El gran interés de los modelos es que nos relacionan las pautas de dosificación con la respuesta observada, lo cual ha permitido mediante la monitorización del EEG determinar que el equilibrio entre el plasma y el efecto para el propofol ocurre más rápidamente tras un bolus que después de una infusión rápida.
En el artículo también se recalca el interés que tiene en la clínica el conocimiento y valoración de las interacciones en la TIVA.
En los aspectos de monitorización de la respuesta, los autores parten del concepto que la anestesia general se basa en:
y por ello realizan una revisión de los diferentes métodos y monitores que existen para valorarlos.
Finalizan el artículo resaltando la necesidad que los diferentes modelos FC/FD tiendan a una mayor individualización (mediante la inclusión de covariables) y a una monitorización más adecuada, que permitan un “ajuste” en función de las necesidades de cada paciente, lo que sin duda contribuiría a una mayor exactitud en los sistemas de bucle cerrado.
Referencia
Sadean M, Glass P. Pharmacokinetics-pharmacodynamics modeling in anesthesia, intensive care and pain medicine. Current Opinion in Anesthesiology 2009, 22:463-68.